Entender los límites que cuidan y unen
- terefierropsicolog
- 14 jul
- 2 Min. de lectura
(Parte 1 de 2)
“Un buen límite no significa levantar un muro; significa trazar la línea entre donde termina un jardín y empieza el otro.” – Tere Fierro

1. Una confesión personal
Hubo un tiempo en que jamás decía “no”. Entre talleres, familia y consultas, mi agenda era el cajón de sastre de todos… menos mío. El día que tracé mi primer límite un simple “hoy no agendaré, mañana sí”— descubrí algo poderoso: la relación profesional no se rompió; se ordenó.
2. Qué son (y qué no son) los límites
Son acuerdos claros sobre lo que permites y lo que no.
No son castigos ni desplantes de orgullo. Actúan como hebillas de seguridad para tus recursos: tiempo, energía, emociones, cuerpo y cartera.
3. Los ocho límites imprescindibles
(Guárdalos y úsalos como una checklist rápida.)
4. Lo que nos frena a poner límites:
Miedo a decepcionar. “Siempre esperan que de todo de mí”
Culpa cultural: ser “buena gente” = disponibilidad total.
Creencias de escasez: “Si digo que no, ya no contarán conmigo”.
Modelos familiares difusos. “Van a decir que soy la oveja negra”
Falta de práctica: la asertividad es un músculo.
EN REALIDAD: El verdadero daño a la relación ocurre cuando callas tu malestar, no cuando expresas tu límite.
Entonces, ¿cuál es el siguiente paso?
En el siguiente blog publicaremos la Parte 2 y ahí te diremos cómo practicar estos límites sin drama, cuidando el vínculo y te daremos un reto: un plan de 7 días para fortalecer tu frontera personal.




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